Estado de México, última parada al 2018
Estado de México, última parada al 2018
Apenas concluido el proceso electoral de junio pasado las baterías de los partidos ya se enfocan en las elecciones locales del 2017, el penúltimo paso de cara a la elección presidencial del 2018. Coahuila, Nayarit y el Estado de México, son los tres estados que renovarán gubernaturas el siguiente año y, en conjunto, representan casi un 17% del total de la lista nominal nacional. De ellos tan sólo al Estado de México corresponde un 13%, el equivalente a casi 11 millones de electores. Un gran capital político y poder de negociación para el partido y el político que logren hacerse con la victoria.
Con estos datos se entiende que el Estado de México sea el centro de atención en la elección del 2017, sin embargo, su importancia no radica exclusivamente en el terreno electoral sino también en el del sistema político. En este estado se configura una interesante correlación de fuerzas, no sólo entre partidos sino también dentro del mismo PRI.
Al Interior del partido las figuras de Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila Villegas, actual gobernador del Estado, serán las cabezas que determinen la elección del candidato. Por ello los activos y negativos de cada una de estas figuras pesarán en quién abandere al PRI en el 2017.
Por un lado, Peña Nieto arrastra los mayores márgenes de desaprobación nacional que un presidente ha tenido desde que existen mediciones de este tipo[1]. Sin embargo, éstos no resultan tan desfavorables entre los mexiquenses. En la última medición de Delphos, levantada en el Estado de México entre el 1 y el 3 de julio, la aprobación que obtiene como presidente llega a 43%. ligeramente por encima de la que Eruviel Ávila tiene como gobernador con un 39%.
La sombra de una posible alternancia
Las elecciones del pasado 5 de junio arrojaron cuatro nuevas alternancias a nivel estatal con lo cual se reducen a cinco el número de estos estados: Campeche, Coahuila, Colima, Estado de México e Hidalgo. En el caso del Estado de México suman más de 80 años de gobiernos priistas, no obstante, lo anterior un 24% de la población del estado cree que ha sido gobernada por un partido distinto al PRI; mientras que un 11% desconoce si ha existido o no alternancia en el estado.
Respecto al dato anterior, de las personas que creen que han sido gobernadas por un partido distinto al PRI, el 51% cree que el PRD ha gobernado en algún momento la entidad, mientras que un 37% considera que ha sido el PAN.
A partir de los pasados resultados electorales Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz por primera vez serán gobernados por candidatos no postulados por el PRI. De ellos solo en Tamaulipas el candidato ganador no fue postulado por la coalición PAN-PRD. Estos resultados han puesto sobre la mesa nuevamente la posibilidad para que estos dos partidos conformen una coalición capaz de derrotar al PRI, lo cual no sería un asunto menor considerando que esto se evitó cuando en el 2010 el PAN se comprometió con el PRI a no conformar una a cambio de que este último aprobara el paquete económico federal de ese entonces.[2]
No obstante, al día de hoy pareciera no existir una moneda de cambio capaz de evitar este escenario; al contrario, una derrota para el partido del presidente en su cuna política sería un duro revés al PRI en la carrera presidencial, por lo cual es el incentivo principal para una alianza, aunque esto no significa que pueda ser exclusiva entre PRD y PAN. En la última medición de Delphos, el porcentaje de la población que considera que el PRD debe ir en alianza con el PAN es del 23%, mientras quienes consideran que debería hacerlo con MORENA es de 49%, seguida en segundo lugar de un 31% que considera que debería hacerlo con Movimiento Ciudadano.
Si se consideran los márgenes de las últimas tres elecciones a gobernador, los porcentajes de votación del PAN y el PRD en conjunto superan los porcentajes obtenidos por el PRI en 1999 y 2005; mientras que para el 2011 no logran superar el 62% de la votación obtenida por Eruviel Ávila.
Para el caso de una alianza de cara a la elección de gobernador la población del estado, a diferencia de lo que sugieren los resultados electorales pasados, considera que una alianza entre PRD y PAN tendría menores posibilidades de ganarle al PRI, 26%, mientras que las del PRD y MORENA serían mayores, 38% de acuerdo con el dato de Delphos.
El proceso electoral del Estado de México iniciará formalmente en septiembre y a poco más de un año de la elección, el comportamiento electoral de los mexiquenses se encuentra de la siguiente manera: identidad partidista PRI, 36%; PRD, 15% y PAN, 10%. MORENA, pese a su corta vida partidista obtiene un 9%; aunque el margen de quien dice no identificarse con ningún partido político es del 17%.
Al día de hoy, el PRI, 30% puntea las preferencias de intención de voto para la elección a gobernador con 16 puntos de ventaja sobre el segundo lugar, PRD, 13%. Mientras que MORENA y el PAN se encuentran en un empate virtual, 8% y 7% respectivamente.
Aún faltan varios meses y los números pueden cambiar. Como es bien sabido, los tiempos políticos no siempre coinciden con los tiempos legales, por lo cual desde ahora ya suenan posibles aspirantes en cada uno de los partidos. En la siguiente entrega del miércoles se analizará el posicionamiento de los políticos que podrían ser los próximos candidatos a la gubernatura del estado, así como el tipo de candidato que consideran adecuado los mexiquenses de acuerdo a la problemática que perciben.
[1]http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/13/mexico/1460563082_994180.html [2] http://www.jornada.unam.mx/2010/03/05/politica/003n1pol