Política de las emociones. ¿Qué mueve al Mexiquense rumbo al 2017?
Política de las emociones. ¿Qué mueve al mexiquense rumbo al 2017?
Por décadas han dominado las premisas del votante racional para la predicción y el análisis del voto en nuestro país. La hipótesis del votante racional es elaborada originariamente por Anthony Downs (1957) y parte del axioma de que los ciudadanos actúan racionalmente en política y siguen el mismo criterio que en economía, evaluando costos y beneficios, a la hora de tomar una decisión.
Sin embargo, esta visión ha quedado corta para llegar a una comprensión del comportamiento del electorado. La emoción ejerce un impacto en las decisiones políticas de manera decisiva y significativa. Si bien su importancia en la ciencia política ha sido frecuentemente descartada o bien ignorada en favor de las teorías que privilegian el razonamiento racional, la emoción puede proporcionar una forma alterna para ver y explicar los escenarios probables de la elección y la acción política.
Los recientes avances en las neurociencias ofrecen nueva información sobre cómo funciona el cerebro y cómo interactúan el cuerpo y la mente. Estos resultados han sido retomados en la psicología política que reconoce las implicaciones importantes que tienen para el análisis de la toma de decisiones, como es la emisión del voto.
En relación con lo anterior, se han realizado diversos estudios en los que se pone de manifiesto la relevancia que cobran emociones específicas cuando de votar se trata. Marcus G., y Mackuen G. (2007), han considerado dos tipologías emocionales relativas a la ansiedad y el entusiasmo, que permiten dilucidar la actuación de los votantes. En lo que respecta a la ansiedad se presenta una aversión a lo que se identifica riesgoso y como consecuencia se atienden contenidos políticos y por ende la apertura a nueva información. Por otro lado el entusiasmo inclina la balanza hacia la identificación partidista, la concentración en un candidato y el involucramiento político.
De este modo, el análisis de los datos obtenidos a través de la medición más reciente realizada por Delphos en el Estado de México entre el 1 y 3 de julio, indica que los sentimientos negativos (repugnancia, enojo, miedo y nervios) de los mexiquenses ante las próximas elecciones y hacía los partidos PAN, PRD y MORENA se presentan en frecuencias cuasi idénticas (56 %, 57 %, y 55 % respectivamente), mientras que el PRI obtiene solo 48 %.
El mismo patrón se observa para los sentimientos positivos, donde PAN obtiene 30 %, seguido por PRD con 29 %, y MORENA con 28 %. En este caso el PRI es asociado por el 42 % de los encuestados con sentimientos positivos. Para este mismo partido el sentimiento predominante es la simpatía con 21 %. Comparado con los otros partidos el PRI presenta un índice mayor de orgullo en los mexiquenses (12 %) mientras que no sobresale en el sentimiento de esperanza.
Se observa que existe mayor nerviosismo hacía los partidos con orientación política de izquierda (PRD 13 % y MORENA 15 %) en comparación al PAN (4 %) y al PRI (3 %).
La misma encuesta de Delphos muestra que el 54 % de los mexiquenses, tiende a mostrar una actitud reticente al cambio. Quizás esto refleja el hecho que el Estado de México no ha tenido alternancias a nivel estatal. Sin embargo un 38 % tiene una postura positiva hacía un cambio político para el siguiente proceso electoral.
Las preocupaciones de los mexiquenses y el reto para el próximo gobernador
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2015 dan cuenta de que en el Estado de México, en el 2014 por cada 100 mil habitantes hubo una incidencia delictiva de 83.5, cuando la media nacional se ubicó en 41.6.[1]
La encuesta Delphos muestra que un gran número de encuestados siente temor respecto de ser víctima de un delito (72%), siendo de más del 32% quienes dicen tener mucho temor, en una escala del 1 al 10.
La incertidumbre por el futuro personal y familiar también se eleva del nivel seis al diez en un 67 %, y del rango total, el nivel máximo de incertidumbre obtuvo el 25% de las respuestas.
Así, ante la percepción de temor e incertidumbre, un candidato que muestre firmeza de carácter incrementaría su base de apoyo (50%) en comparación con aquellos que sean percibidos como innovadores, amigables/incluyentes o críticos.
Durante las campañas del pasado proceso electoral algunos candidatos, en estados como Chihuahua y Veracruz, prometieron encarcelar a los actuales gobernadores de llegar ellos al poder.[2] En el caso del Estado de México, Delphos preguntó respecto a la confiabilidad que un gobierno tendría si castigará a políticos. Al respecto un 51% dijo confiar en un gobierno que hiciera esto.
A raíz del castigo a exgobernadores el análisis postelectoral hace hincapié en lo difícil que puede llegar a ser sostener este tipo de propuestas, pues la justicia no está sujeta a la voluntad de un gobernador ni depende exclusivamente del poder ejecutivo; por lo que este tipo de afirmaciones, de no cumplirse, podrían repercutir de manera negativa tanto en el partido y el político que las proponen.
A partir de los resultados de la primera encuesta electoral Delphos en el Estado de México, se podría inferir que un candidato/partido ganará más simpatizantes en la entidad si muestra firmeza y lo hace a través del castigo para instaurar justicia. Ante las sensaciones de temor e incertidumbre se deben tomar medidas que disminuyan la percepción de riesgo y amenaza en el electorado.
Cuando la sensación de simpatía y orgullo hacia un partido es mayor que la percepción de temor, se genera una mayor participación e identificación partidista. En este sentido el PRI lleva la delantera en la preferencia del electorado, pues genera mayor simpatía y sentimiento de orgullo. Aun cuando comparte los mismos niveles de miedo que se asocian con los demás partidos
Por otro lado se observa que el nerviosismo del electorado ante el triunfo del PAN y PRI, es menor respecto a un triunfo de los partidos denominados de izquierda (PRD y MORENA).
Con estos datos, el PRI aparece como el contrincante a vencer, pero ¿por cuál partido? Este es el dato interesante. PAN y PRD tienen un 15% de sensación de simpatía por parte del electorado, contra un 21% del PRI. Por otro lado, el nerviosismo que genera un gobierno panista es del 3% contra un 4% priista. Así, las emociones vinculadas con el PAN se traducen también en entusiasmo partidista y en época de alianzas (se ha presentado con gran éxito el dúo PAN-PRD) y noticias de última hora, el repunte de aquellos que con bajo perfil han navegado, es una opción latente que puede superar la tendencia a permanecer en un estatus quo político.
*Para cualquier duda o comentario contacte a:
mfurnsinn@delphos-nu.com
[1] http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/regulares/envipe/envipe2015/doc/envipe2015_presentacion_nacional.pdf
[2] http://expansion.mx/politica/2016/05/03/carcel-al-gobernador-la-promesa-de-moda-en-las-campanas-de-oposicion ReferenciasDowns, A. (1957) An Economic Theory of Democracy. New York: Harper and Row
Marcus, G., Neuman, R., Mackuen, M. (2007) Inteligencia afectiva y juicio político. En Sociológica, Vol. 22, No. 63, pp. 253-266
Marcus, G., Mackuen, M. (1993) Anxiety, Enthusiasm, and the Vote: The Emotional Underpinnings of Learning and Involvement During Presidential Campaigns. En The American Political Science Review, Vol. 87, No. 3, pp. 672-685