NAICM: Entre terrenos, consultas y proyectos
El pasado martes 1 de septiembre el Gobierno Federal anunció la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), con el fin de dar solución a la saturación de despegue y aterrizaje en el Aeropuerto Benito Juárez. La construcción del NAICM está contemplada exactamente sobre la Zona Federal Lago de Texcoco (ZFLT), a 10 km del actual, por lo que necesariamente éste tendrá que dejar de operar una vez que entre en funcionamiento el nuevo.
Los terrenos que comprenden al actual aeropuerto tienen una extensión territorial de 746 hectáreas, extensión equivalente al total de Ciudad Universitaria (730 ha), el Bosque de Chapultepec (647.5 ha), o dos veces el Central Park de Nueva York (320 ha). Por lo que el uso futuro de esos terrenos representa una gran oportunidad para transformar el entorno urbano, económico y de convivencia en la ciudad y zonas colindantes del oriente del Valle de México.
La decisión que se tome respecto al futuro del terreno involucra varios ejes, uno de ellos es el jurídico, pues el terreno si bien se encuentra dentro de la Ciudad de México es Federal. Ante esto en Delphos nos dimos a la tarea de conocer la opinión de la población del Distrito Federal sobre el tema (500 encuestas en vivienda, cara a cara entre el 10 y 16 de octubre de 2015).
De acuerdo con el estudio podemos observar que las opiniones se encuentran divididas respecto a quién debe tomar las decisiones sobre el futuro del terreno, el 48% de los habitantes del Distrito Federal considera que debe ser el Gobierno Federal el encargado de decidir el uso; sin embargo el 45% de los capitalinos considera que es una decisión que le compete al Gobierno de la Ciudad.
Tipo de uso
Uno de los aspectos más importantes del debate se ha circunscrito en torno al uso que se le debe dar al terreno una vez desocupado. Las propuestas son varias y comprenden desde ser una fuente de ingresos que permitan, en caso de ser necesario, cubrir los costos económicos del NAICM; hasta darle un uso de suelo habitacional; pasando por la creación de un Polo Ecológico; o la creación de un corredor económico-industrial.
La encuesta levantada por Delphos muestra que al 33% de los capitalinos les gustaría que el uso de los terrenos estuviera enfocado a la creación de una zona económica que genere empleos; seguida por un porcentaje no muy alejado (28%) que preferiría la creación de un Polo ecológico.
El Gobierno de la Ciudad sostiene que el terreno que ocupa el AICM por sus características sociales, geográficas y de extensión, es una oportunidad para redefinir los patrones de planeación, desarrollo y cohesión de toda la ciudad, sin embargo, ha manifestado que cualquier decisión que se tome deberá considerar la opinión de la ciudadanía.
En este sentido Delphos preguntó a los habitantes del DF sobre la importancia de que se consulte a la ciudadanía sobre cualquier decisión que se tome en este tema. La mayoría de los capitalinos (78%) lo consideró “muy importante o importante” que se tome en cuenta su opinión.
Interés por participar
A través del Consejo Económico y Social de la Ciudad se ha convocado a una serie de 39 mesas de diálogo con los vecinos y autoridades de las delegaciones Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztacalco; además de la organización de dos foros internacionales, con el objeto de conocer opiniones, proyectos, ideas y experiencias internacionales sobre el tema.
Como resultado de esta serie de ejercicios el Gobierno de la Ciudad tiene planeado presentar un documento denominado “Opinión de la Ciudad”, el cual será presentado en febrero de 2016. En adición a lo anterior, el Gobierno de la Ciudad y el Gobierno Federal coinciden en llevar a cabo una consulta entre los habitantes de la capital.
Al respecto el estudio realizado por Delphos muestra que el 65% de los capitalinos estaría dispuesto a participar en un ejercicio de consulta referente al tema del terreno del AICM; mientras que el 31% estaría poco o nada interesado en participar.
El futuro de este terreno representará un punto de debate importante entre gobiernos, políticos y ciudadanos. Mientras que no queda claro para los ciudadanos qué instancia de gobierno (Federal o DF) se deba encargar del proyecto, se hace obvio que la ciudadanía considera que las autoridades deben tomar en cuenta sus puntos de vista.
Los proyectos que se acepten para el nuevo uso del terreno en cuestión, deben obedecer directamente a las necesidades ciudadanas, son los capitalinos del oriente quienes no han tenido oportunidades de desarrollo como los habitantes del poniente de la Ciudad de México.
Presupuesto Participativo 2016 en el Distrito Federal
El próximo domingo 8 de noviembre se llevará a cabo la consulta ciudadana sobre el Presupuesto Participativo[1] mediante la vía tradicional que implica la instalación de mesas receptoras de opinión en más de 1,700 puntos estratégicos en el Distrito Federal. Asimismo inició la consulta vía internet el viernes pasado para ser concluida el 4 de noviembre. En esta consulta los capitalinos decidirán en qué proyectos específicos deben aplicarse los recursos destinados para 2016 por el Gobierno de la Ciudad de México.
De acuerdo a la encuesta de Delphos llevada a cabo en 500 viviendas del Distrito Federal entre el 10 y 16 de octubre de 2015, sólo el 38% de los capitalinos tenía conocimiento acerca de la realización de esta consulta, mientras que el 58% lo desconocía.
Del 38% enterado sobre la realización de la consulta, únicamente el 36% sabía la fecha exacta en la cual se llevará a cabo la consulta, lo cual equivale a un 13% de la población total.
Se observa que el 54% de la población en general desea que el recurso del presupuesto participativo se invierta en sus delegaciones dentro de seis áreas. El interés principal de los ciudadanos se concentra en el mejoramiento de la seguridad pública (13%), seguido por la inversión en el fomento de la cultura (9%). De igual manera, los capitalinos se preocupan por la inversión en áreas recreativas (8%), en el apoyo de personas de discapacidad (8%) y de adultos mayores (8%), así como en la inyección financiera a los servicios de salud (8%).

Si englobamos todas las áreas de interés en cuatro categorías, podemos resumir lo siguiente: el 34% de los Defeños piensan que se debe invertir en servicios públicos (donde destacan la seguridad y los servicios de salud). El 28% de la población capitalina busca que se asignen los recursos a cultura y recreación y el 21% considera de gran importancia financiar programas de asistencia social para personas con necesidades especiales, ya sean por discapacidad o edad.


Segmentando las respuestas por grupos de edad podemos observar que la inversión a la seguridad pública se encuentra en primer o segundo lugar de importancia en todos los grupos. Además, el grupo de los más jóvenes (18 a 25 años) busca sobre todo cultura y recreación, mientras que en los dos segmentos de edad que le siguen (26 a 35 años y 36 a 45 años) empieza un interés por la inversión en la asistencia social.
En el grupo de 46 a 55 años observamos que existe una preocupación por los servicios de salud y en los adultos mayores de 56 años el foco de interés se vierte sobre los programas para adultos mayores.

El ejercicio del Presupuesto Participativo representa un paso importante para regresarle a la población el poder de decisión sobre el destino de los recursos disponibles para el mejoramiento de sus vidas cotidianas.
De acuerdo al estudio realizado por Delphos, el presupuesto participativo debe considerar la satisfacción ciudadana de tres necesidades: La seguridad pública, la seguridad social y la cultura.
Este ejercicio democrático nos pone a prueba una vez más como ciudadanos, ya existe una fuerte estructura institucional, un organizador neutral, así como información en los medios de comunicación; lo que aún debe fortalecerse es la participación ciudadana y la corresponsabilidad con nuestras autoridades.

El Espacio Público en la Ciudad de México
El espacio público es un componente fundamental para la organización de la vida colectiva, es parte de la imagen e identidad de una ciudad, es un indicador que muestra la calidad de vida que disfrutan sus ciudadanos, así como la labor de su gobierno.
Este espacio de uso común puede cumplir diferentes funciones dependiendo el estilo que le quiera imprimir cada gobierno y la apropiación misma de los ciudadanos, por tal motivo es importante conocer cuáles son las características que debe tener el espacio público en la ciudad de acuerdo a las necesidades de la población.
Con el fin de contribuir al debate público sobre los espacios públicos de nueva creación en la ciudad de México, Delphos realizó 500 encuestas en vivienda, cara a cara en el Distrito Federal entre el 10 y 16 de octubre de 2015, esperamos que los hallazgos que a continuación se enuncian puedan abonar a una mejor toma de decisiones de las autoridades y los ciudadanos en conjunto.
Referente al aumento o la disminución en la ciudad, podemos observar una opinión dividida, por un lado existe la percepción de que los espacios públicos han aumentado (38%), no obstante otra parte opina que siguen igual (35%) mientras que un cuarto de la población (24%) piensa que han disminuido.
Probablemente esto se puede explicar con la diferencia de obras realizadas en distintas delegaciones en lo últimos años.
Características del espacio públicoPlanear, diseñar, normar, emitir opinión, ejecutar y supervisar las obras públicas, es papel de las autoridades de la ciudad. Por lo cual se deben conocer las opiniones y necesidades de la población, en relación a los beneficios que estas áreas y vías ofrecen.
La característica más mencionada se refiere al acceso gratuito (70%), aunque existe también mucho interés por foros de entretenimiento comerciales (62%) que implican un costo.
Podemos observar que los capitalinos buscan aspectos tangibles y prácticos que influyen de forma directa en la calidad de vida, como son la recreación (68%) y la convivencia (58%). En contraste, existe poco interés por los beneficios abstractos o no inmediatos, que ofrecen el fomento de identidad (33%) y orgullo (27%) en el espacio público.
Características que se atribuyen al espacio público por grupos de edadEn general podemos señalar que todos los grupos buscan recreación, la cual parece estar ligada a los foros de entretenimiento (como cines, teatros, salas de conciertos, etc.).
La gratuidad tiene mayor importancia en los segmentos más jóvenes, mientras que disminuye claramente su mención en los grupos a partir de los 46 años.
Otro aspecto que pierde importancia en los grupos conforme aumenta la edad es la movilidad, en los grupos de 18 a 25 años y 26 a 35 años es mencionado por el 59% y 52% respectivamente, mientras que en el grupo de adultos mayores de 56 años solo es mencionado por el 31%.
Las características de estimulación de la economía local, locales comerciales, orgullo e identidad se comportan de manera parecida. Se vuelve notorio un patrón donde observamos que estas características del espacio público pierden importancia en los grupos de mayor edad.
Por lo tanto podemos concluir que a mayor edad existen menos exigencias al espacio público. La pregunta que queda abierta es, si esto se debe a que realmente las necesidades y exigencias de la población bajan conforme aumenta la edad; o si estamos observando un fenómeno generacional donde los más jóvenes tienen exigencias nuevas y más definidas sobre qué les debe de brindar el espacio público.
Preferencias para el espacio público por clase socialAl segmentar las características más mencionadas encontramos que aquellos que se auto perciben como clase media-baja dan más importancia a las características culturales y al fomento de orgullo en el espacio público.
Los que se perciben como clase media-media mencionan notablemente más factores que debe satisfacer el espacio público, los cuales podemos resumir principalmente en lugares de entretenimiento comerciales sin importar que implique un gasto.
Los proyectos públicos que cubren en gran medida las necesidades de la clase media-media, media–alta o alta corren el riesgo de generar un ambiente de exclusión para las clases de menor poder adquisitivo. El efecto puede fomentar mayor desigualdad entre los ciudadanos en vez de una tendencia inclusiva que desvanece las líneas de clases y categorías que han dominado nuestra sociedad.
El espacio público debe concentrar la heterogeneidad social, se requieren espacios de encuentro y contacto, tangibles o intangibles que permitan reconstruir la unidad en la diversidad, donde se promueva la convivencia entre poblaciones con diferentes características.
Como ejemplo de un espacio integrativo podemos citar a la Cineteca Nacional, que reúne a partir de su oferta cultural a precios accesibles, un público heterogéneo de todas las edades, clases sociales, modas y formas de vida, que logran convivir en armonía en este espacio semipúblico dentro de la ciudad.
Parece que la discusión no debiera girar en torno a los conceptos público, semipúblico o privado sino qué tanto los diferentes proyectos integran las necesidades e intereses de todos los segmentos de la población.